Estas son las cuatro tendencias de interiorismo que imperarán en 2025

Las tendencias en arquitectura y diseño de interiores nunca han sido estáticas. Se gestan en la sombra, se filtran poco a poco en nuestras vidas y, de pronto, transforman por completo la manera en que habitamos el mundo. Desde 2020, la forma en que concebimos nuestros hogares ha cambiado de manera radical: espacios flexibles, materiales naturales y diseños pensados para el bienestar humano han pasado a ocupar un lugar central. Pero el 2025 promete ir más allá. La estética y la funcionalidad ya no son suficientes: el diseño se convierte en un acto de responsabilidad social y medioambiental.
1. Sí a la industrialización
Si algo nos enseña el 2025 es que la prefabricación ha dejado de ser sinónimo de estandarización para convertirse en un lienzo de creatividad. La industrialización de la arquitectura se plantea como una solución eficiente y sostenible, sin que ello implique la pérdida de la artesanía, la identidad y la calidad. Veremos, además, objetos prefabricados o industrializados apoyados en piezas de piedra esculpidas a mano, o luminarias de vidrio soplado con base de piezas industrializadas metálicas.
Proyectos como El Recer, una vivienda valenciana Ubiko, demuestran que industria y diseño high-end casan a la perfección. A través de nuestra marca Ubiko hemos logrado fusionar el sistema constructivo industrializado de hormigón con la artesanía local, logrando espacios únicos, acogedores y profundamente humanos. La arquitectura industrializada ya no se limita a lo funcional; ahora es una expresión de estilo, sensibilidad y ecología.
2. Materiales sostenibles: el regreso a lo esencial
El futuro de la arquitectura no solo está en la innovación, sino en la recuperación de lo esencial. La sostenibilidad se impone como una necesidad ineludible. Este 2025 se consolidará el uso de materiales con baja huella de carbono, como maderas de proximidad, corcho, lana o algodón. La construcción, responsable del 70% de las emisiones de CO2, está obligada a reinventarse, y el hormigón prefabricado emerge como una alternativa viable y sostenible.
Gracias a la utilización de sistemas prefabricados surge lo que se denomina Rueda sostenible: ejecutando la estructura en fábrica se optimizan tiempos, se reducen los residuos generados en obra y se minimizan los desplazamientos. De esta forma, se contribuye de forma directa a la reducción de la huella de carbono, a la par que se aumenta de forma exponencial la seguridad en obra.
3. El adiós definitivo al minimalismo extremo
Durante décadas, el minimalismo ha dominado el diseño de interiores con su promesa de serenidad y orden. Pero el 2025 marca el final de la hegemonía del «less is more». No es un retorno al caos ni a la saturación visual, sino un equilibrio: el color ya no es un elemento meramente decorativo, sino que nace del material mismo. Los espacios monocromáticos dejan paso a hogares que reflejan la personalidad de sus habitantes, con objetos vibrantes, texturas elaboradas y una mayor presencia de la vegetación.
Se introducen objetos coloridos y texturas “rococó” en espacios sencillos. Y lo mismo ocurre al contrario, eligiendo líneas más rectas y materiales fríos, como al acero inoxidable, en espacios que por naturaleza tienen materialidad que pesa visualmente, con papeles estampados o lana boucle.
4. Hacia espacios sin barreras: el fin de los pasillos
Las viviendas de 2025 también desafían las estructuras tradicionales. Si hace unos años la apertura de cocina, comedor y salón fue una revolución, ahora el paso siguiente sugiere eliminar los pasillos de forma definitiva. Se apuesta por viviendas más fluidas, donde la privacidad y el control del clima entran en jaque. El concepto de «habitaciones cerradas» se transforma: las fronteras se diluyen, las áreas privativas se integran en las zonas comunes y la distribución del hogar se adapta a las nuevas formas habitacionales.